domingo, 24 de junio de 2007

Koh Samui. Golfo de Tailandia.



Durante casi dos siglos la isla de Koh Samui permaneció oculta para los occidentales e incluso para los propios tailandeses del continente, que rara vez se aventuraban por estas latitudes. En los años 70 fue descubierta por intrépidos mochileros que llegaban a bordo de barcos cargados de cocos en busca de su particular paraíso terrenal. Había corrido la voz de que en el sur de Tailandia existía una isla solitaria e idílica, habitada por gentes hospitalarias, donde era posible vivir a lo Robinson Crusoe en contacto con una naturaleza imponente. Por aquel entonces, una choza de paja sin electricidad ni agua corriente se consideraba un lujo, sobre todo cuando se pagaba un dólar por noche. Hoy la isla, de apenas 275 kilómetros cuadrados, no ha perdido ni un ápice de su romanticismo de antaño, aunque ya existen confortables hoteles para todos los gustos y bolsillos situados en enclaves paradisíacos. Desde la capital, Bangkok, varios vuelos diarios unen este destino con la civilización, aunque muchos viajeros tras unos días de estancia en Samui deciden cancelar su regreso y permanecer más tiempo en sus extensas playas.
En Koh Samui pasaremos dos noches en el Thai House Beach Resort.

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